Escuela de verano de Autismo
El año pasado me apunté con un grupo de amigas a la escuela de verano de ANA . Hasta entonces nunca había participado en un voluntariado de ese tipo. Siempre me había inscrito a carreras y cosas por el estilo. Fue una experiencia que me gustó mucho y que sigo recordando con mucho cariño. Por eso este año también quería aportar algo y volver a ayudar en ANA, pero esta vez entraría con distinta mentalidad. Y con otras personas. Me hizo mucha ilusión que, además de Irene, se apuntara mi hermana junto con otra amiga, ya que eso significa que estoy transmitiendo (de alguna forma) el gusto por el servicio desinteresado a los más necesitados; y todo gracias a CAS. La función de esta escuela de verano es que, durante las mañanas de verano, los padres puedan dejar a sus hijos con autismo en algún sitio. Los niños, mientras están en la escuela, además de pasárselo bien jugando aprenden a relacionarse con las personas que les rodean y a facilitarles la vida a sus padres. Muchos de...